domingo, 13 de noviembre de 2016

Threetles: la última vez que estuvieron juntos

Siempre recordaré aquella brumosa, nebulosa y fría mañana de Birmingham, a comienzos del mes de diciembre de año año 2001. Iba a entrevistar a Paul McCartney, que estaba en dinámica promoción, como siempre, del décimo segundo álbum en solitario, el extraño “Driving Rain”. Paul estaba en Birmingham, porque le habían hecho un programa especial allí, específicamente para la BBC.

George Harrison había muerto unos días antes. Con exactitud, el 29 de noviembre. Precisamente, en la casa de Paul, en Los Angeles. Paul se la había comprado a Courtney Love, por capricho de sus segunda esposa, la esquiva Heather Mills. Cuando se separó de ella, se la regaló como parte del acuerdo del divorcio y Heather la vendió en cuanto pudo. Decía que aquella casa estaba maldita.

Maldita o no, George Harrison había recalado allí, con sus íntimos amigos “hare krisna”, Das y Goswamique constantemente rezaban por George en sus últimos días. ¿Donde morir mejor anónimamente, sino en casa de su amigo Paul?. Su esposa Olivia no había tenido más remedio que hacerse con los servicios de un “gurú” de las estrellas , que estaba acostumbrado a solucionar ese tipo de papeletas de cara a una muerte anónima.

Le pregunté a Paul si fue allí, en Los Angeles, donde le vio por última vez. Y me contestó que no, que quiso dejarle morir en paz con su hijo, su esposa y sus gentes religiosas. Me dijo que, en realidad, la última vez que había estado con George había sido en una suite de un hotel de Manhattan, en un largo almuerzo, a la que acudió también Ringo Starr. Pasaron unas tres horas maravillosas. Fue algo como la ULTIMA CENA DE LOS TRES BEATLES.

Su esposa Olivia cuenta que cuando George fue ingresado en noviembre en un hospital en Staten Island ,en Nueva York, George sabía que estaba muy cerca de la muerte. Le dijo a Olivia que quería despedirse de la gente que había sido importante en su vida, incluida su hermana Louise con la que no se hablaba y….. Paul McCartney. Sí, porque las relaciones con el bajista de los Beatles habían sido muy negativas, repletas de conflictos legales y de falta de entendimiento. Con Ringo, en cambio, mantenía una gran amistad y se veían a menudo.

Pero, sobre todo, George con lo que no quería morirse era con el sentimiento de que alguno de sus queridos Beatles se quedaran con cualquier tipo de resentimiento. Sobre todo, porque John Lennon, antes de ser asesinado, no le dirigía la palabra por culpa de su autobiografía “I me mine” , en la que hablaba despreciativamente de John.

Paul McCartney voló desde Londres a Nueva York , un 11 de noviembre. La cita era con George en un hotel de Nueva York, a la que acudiría también Ringo Starr. Con todas las familias.

El inseparable doctor de George, el profesor Gil Lederman contó que aquel lunes 12 de noviembre del 2001, en Manhattan, fue un día absolutamente feliz. Justo 17 días antes de la muerte de George. Cuenta el médico que rieron, recordaron y se emocionaron de todo lo que habían vivido juntos.

Tras el almuerzo. George pidió que todas las familias salieran de la suite . Quería quedarse a solas con Paul y Ringo. Paul me contó que se cogieron la mano y durante más de una hora no se soltaron . Para Paul fueron minutos maravillosos de fraternidad, de humildad y, sobre todo, de amor entre los tres Beatles. Para Paul todas las diferencias que habían tenido se esfumaron como humo por las rendijas de las puertas de aquella habitación.

Paul me contó que hablaron como tres auténticos hermanos. La conversación empezó con aquellos días de Hamburgo, las drogas, la religión, John y todo lo que vivieron juntos. Paul me contó incluso que llegó a llorar. Mientras me lo contaba, a mí se me puso un nudo tremendo en la garganta e incluso se me escaparon algunas lágrimas. Paul acabó:

“ERA LA DESPEDIDA DE UNA FAMILIA”.

Esa fue la última vez que los tres Beatles supervivientes estuvieron juntos. Hoy se cumplen 15 años y parece ayer. Por lo menos, a mí me lo parece, cuando lo recuerdo. www.plasticosydecibelios.com