miércoles, 12 de febrero de 2014

Entrevista a Ringo Starr por 50 años de la aparición de Los Beatles

Fue el último en incorporarse a la banda, pero para muchos Ringo Starr es el Beatle que de alguna manera mejor supo mantener el espíritu desenfadado y juvenil que éstos representaban para millones de fans, ajeno a preocupaciones espirituales y luchas de egos. De hecho, cuando llegaron a Estados Unidos hace 50 años, era el más popular de los cuatro.

Tras su discreto puesto en la batería, puso el ritmo a unas canciones que cambiarían el rumbo de la música popular para siempre. Hace dos semanas compartió escenario con su viejo colega, Paul McCartney, en la gala de los premios Grammy, pero también interpretó, sin su ilustre compañero, uno de los mayores éxitos de su carrera en solitario,«Photographs». Un tema de 1973 que compuso junto a George Harrison.

¿Cómo valora esta celebración de los 50 años desde el despegue del éxito internacional de los Beatles?
−Bueno, no es algo que hubiéramos planeado. Es cierto que se celebran 50 años desde que aterrizamos en Nueva York, pero Paul y yo ya hemos tocado juntos en varias ocasiones. Igual es bueno ser reconocido por la comunidad musical de los Grammy, porque de eso precisamente tratan estos premios: lo importante es la música.

¿Y el hecho de recibir un Grammy a la trayectoria de toda una vida?
−Bueno, no creo que sea la trayectoria de toda una vida, porque todavía me queda algo de vida. Es el premio a una larga trayectoria, pero no a toda una vida.

¿Se acuerda de cuál fue el primer premio que recibieron los Beatles?
−Lo habíamos recibido en Inglaterra. Hasta me acuerdo de que en la ceremonia estaba el Duque de Edimburgo.

¿Y dónde guarda tantos premios?
−En casa.

¿No tiene un lugar en particular en su casa?
−No. Están por todos lados.

Retrocedemos 50 años atrás. ¿Qué expectativas tenía con los Beatles cuando salieron de Inglaterra por primera vez a Estados Unidos?
−Ni John, ni Paul ni yo habíamos estado antes en Estados Unidos. George había sido el único que había estado seis meses antes, y cuando preguntaba en las tiendas de discos por la música de los Beatles, le decían: «Nunca los oí nombrar». Entonces, cuando volvió, nos comentó que iba a ser difícil triunfar en Estados Unidos, porque «no nos conocen».

Y se equivocó.
−Cuando aterrizamos, vimos la misma reacción que en otros lugares donde habíamos estado. Había fans en los tejados que se volvían locos. Era fabuloso.

¿De verdad no esperaban para nada semejante éxito?
−Apenas llegamos, dimos una conferencia de prensa donde nos recibieron de forma agresiva, pero nosotros les contestamos de la misma manera, al estilo Nueva York. Y después descubrimos que por eso nos amaron, porque la prensa había ido para enterrarnos y, como les respondimos igual, les caímos bien.

¿Y entre tantas mujeres que les perseguían, ninguna entró al hotel, a escondidas?
−Nadie entró, no que yo sepa. Al menos no fue en mi habitación.

¿Tiene algún disco favorito entre todos los de los Beatles?
−A mí me encanta el disco blanco («White Album»). Es muy emocional, porque de nuevo teníamos buenas letras, y yo pensé que estábamos volviendo a ser un grupo otra vez. Ese álbum es muy «de banda». Me encantó eso. Y eran dos discos, un álbum doble.

Pocos años después se produciría la separación de los Beatles. ¿Si realmente se hubieran tomado unas vacaciones en aquel momento, piensa que pudo haber alguna posibilidad de volver a reunir al grupo, sin la intervención de la esposa de John Lennon, Yoko Ono?
−Ah, no. Dijimos adiós. No. Ya nos habíamos despedido.  www.abc.es

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