lunes, 3 de mayo de 2010

The Beatles: creadores del videoclip


En 1964, los videoclips tales y como los conocemos hoy, estaban lejos de existir. Las bandas de rock - ya desde mediados de los '50- difundían su imagen a partir del cine. Además de la incipiente explosión de la televisión, eran las películas las que les permitían hacerse conocer más allá de las fronteras.

Y los Beatles -contrariando a los productores, que sólo querían una excusa para lanzar nuevos discos, a la manera de las películas de Elvis Presley- fueron los que mejor entendieron esa explosión.

Y los que tuvieron la suerte de toparse con un cineasta que, también, intentaba capturar desde las imágenes esa frescura y entusiasmo pop que los Cuatro de Liverpool transmitían a cada paso: Richard Lester. Con él, John, Paul, George y Ringo hicieron dos de las mejores películas de la historia del rock: A Hard Day's Night y Help!

Lester dijo más de una vez que el guión de A Hard... se "escribió sólo" a partir de "estar con ellos en el mismo hotel, en el mismo piso, en sus mismos autos y detrás del escenario". Y que fueron sus imitaciones actorales -ninguno era muy expresivo actuando frente a cámaras- las que lo obligaron a ese constante y tan de moda jump-cut que luego sería una marca registrada de los videoclips. El ritmo, el humor seco, el blanco y negro, las seis canciones originales: A Hard... se transformó, según el influyente crítico Andrew Sarris, en El ciudadano de las películas de rock.

Al año siguiente, la banda y Lester intentaron repetir la fórmula con Help!, ya en colores y con una trama de ficción (la misteriosa desaparición de un anillo de Ringo). El resultado no llega a ser el mismo, pero igualmente hay bellísimos momentos y canciones. De hecho, hay quienes aseguran que el concepto del videoclip bebe más de Help! que del primer filme: allí la mayoría de las canciones eran interpretadas en el escenario mientras que aquí aparecen las secuencias de montaje que se convertirían en modelo a imitar.

Ya sin Lester y en otra, muy distinta etapa de su carrera (y de sus vidas), los Beatles iban a reaparecer con Magical Mystery Tour, una película hecha para la televisión en la que daban rienda suelta a todos sus impulsos creativos, de manera caótica, y de la que sólo sobreviven, con encanto, pequeñas partes, canciones, momentos.

Distinto es el caso de Yellow Submarine, una película de animación psicodélica (era 1968) que permanece como un hito creativo del género, con ese viaje de los Fabulosos Cuatro en submarino para salvar a Pepperland de los malvados Blue Meanies y con temas como Lucy in the Sky ith Diamonds como estandartes de la época.

El último título, claro, es el documental Let It Be , muestra en vivo (ensayos, entrevistas, grabaciones) del talento musical de cada uno, pero también de las insalvables distancias que ya había entre ellos, con la siempre discutida presencia de Yoko Ono en el estudio, junto a Lennon, y los rostros entre concentrados y crispados de los otros miembros de la banda.

Hacia el final, con la banda tocando en vivo en el techo de Apple, será recordado como el último momento de gracia de una carrera inolvidable. O como bien cierra Lennon tras el show: "Esperemos haber pasado la audición" www.clarin.com

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